¿Estamos desaprovechando el potencial de los trabajadores de mayor edad?
Durante años he visto a muchos líderes y empresas debatir sobre la edad ideal del personal. Aunque hay creciente tendencia a buscar colaboradores jóvenes, otros creen que la experiencia es lo primordial para las actividades de la compañía. Sin embargo, hay algo que es una realidad y está fuera de debate: en la actualidad las personas viven muchos más años que hace un siglo y se mantienen más tiempo en el mercado laboral.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva desde principios de siglo contabilizando la esperanza de vida a nivel mundial. La media global se encuentra entre los 70 y 73 años, aunque en los países desarrollados suele superar los 80 años. A mediados del siglo XX, esta cifra se podía ubicar por debajo de los 60 años en algunas partes del mundo.
La salud y las capacidades funcionales son los principales factores que pueden afectar las competencias funcionales de un trabajador. No obstante, el médico Diego Bernardini alertó que en la sociedad del siglo XXI la “longevidad va a ser la norma” y recordó que hay importantes líderes que llegaron al poder a una avanzada edad, como puede ser el caso de Nelson Mandela, quien fue electo presidente de Sudáfrica a los 76 años.
“Estamos viviendo más, estamos viviendo mejor y ahí interviene también el liderazgo”, dijo en una entrevista para Univisión. “Las personas mayores de hoy son muy diferentes a las que podían ser nuestros padres o nuestros abuelos. Estamos hablando de un protagonismo. La edad cronológica ya no nos define como personas, nos definen la experiencia, las ganas, el protagonismo y, sobre todo, ser partícipes de la experiencia colectiva de una nueva longevidad”, indicó.
Bernardini recordó que las empresas no segmentan por edades, sino por experiencia del personal. “Si hay algo que tiene diversidad es el vivir cada vez más. No hay dos personas mayores iguales”, expuso el especialista, quien analizó que el desarrollo “nos regaló más vida”. “No tiene que ver con la longevidad, sino la experiencia y las ganas”, acotó.
El experto señaló que la sociedad actual está “normalizada” por lo establecido en el siglo XX. En tal sentido, cuando algunas personas llegan a cierta edad y aplican etiquetas como “abuelos” que buscan definir a un gran grupo que no es heterogéneo. Para Bernardini, hay conductas y hábitos que nos pueden permitir vivir más años y de una forma más eficiente y eficaz. Esto no escapa del campo laboral.
Cada vez son más las personas que llegan a los 60 años activos y con una gran disposición para trabajar. El mundo laboral puede presentar grandes desafíos, como los avances tecnológicos, los nuevos conocimientos o, simplemente, el ritmo de una oficina en la actualidad. Sin embargo, no se trata de factores que obligatoriamente priven a un colaborar de cierta edad a hacer su trabajo de forma eficiente.
Una encuesta de la American Staffing Association (ASA) indicó que los boomers (nacidos entre 1946 y 1964) creen que su edad es o será un problema para conseguir empleo. Además, parece haber un patrón de ciertas empresas para buscar a trabajadores menores de 40 años, sin tomar en cuenta factores como la experiencia de las personas mayores.
“Los líderes de recursos humanos deben trabajar juntos para corregir y superar las ideas erróneas, los estereotipos y los prejuicios —conscientes e inconscientes— del pasado”, dijo el director ejecutivo de la ASA, Richard Wahlquist. “Los trabajadores mayores tienen el conocimiento y las habilidades laborales acumuladas durante toda la vida”, añadió
Como líderes, debemos recordar que cada persona tiene sus propias características y cada caso debe evaluarse. Por ejemplo, durante mis años de experiencia, he conocido a personas que se han adaptado de forma impresionante a los cambios tecnológicos y tienen conocimientos mayores que algunos jóvenes en este campo.
Igualmente, debemos recordar que cada empresa necesita de distintos perfiles para ocupar numerosos roles. Acá es cuando los líderes pueden aprovechar que personas mayores estén al frente de ciertos sectores, puesto que pueden contar con una experiencia mucho más amplia que los colaboradores más jóvenes. La madurez y el conocimiento forjado a lo largo de los años es una herramienta muy útil para las empresas.
Ante este debate, lo importante es no prestar tanta atención a las edades de nuestros colaboradores o potenciales trabajadores. Lo que debemos tomar en cuenta es cuáles son sus capacidades, actitudes y características, puesto que eso será lo que permitirá que potenciemos y maximicemos los resultados que queremos.
Las personas, independientemente de su edad, pueden adaptarse a nuevas realidades si tienen la flexibilidad y condiciones necesarias. Ese personal que quizá piensas que ya debería retirarse, es posible que tenga mucho que aportar si tiene la motivación y ocupa el rol adecuado. Recuerda que muchas cosas se pueden aprender, pero la experiencia necesita muchos años para conformarse y esa es una herramienta que necesitamos en las empresas.
Preguntas para la reflexión
- ¿Crees que las personas de mayor edad tienen espacio en las empresas del siglo XXI?
- ¿Cómo podrías aprovechar la longevidad para maximizar los resultados de la empresa?
- ¿Estamos aprovechando la experiencia de nuestros colaboradores mayores?
- ¿Crees que el conocimiento y las habilidades acumuladas son importantes para el éxito?
66. El poder del bienestar: Cómo la salud mental impulsa el éxito empresarial.
¿Te has sentido alguna vez agotado, irritable y sin motivación en el trabajo?
En algunas circunstancias, una oficina puede ser uno de los ambientes más estresantes que hay en el mundo. Como líderes, debemos contar con la inteligencia emocional para manejar estas situaciones, pero también ofrecer herramientas para que nuestros colaboradores se sientan tranquilos y puedan ofrecer lo máximo de sí mismos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que “el estrés es un estadio de preocupación de tensión mental generado por una situación difícil”. Estar en situaciones así es perfectamente normal, especialmente en nuestros trabajos. Cuando hablamos de estrés agudo, se trata de una reacción a una presión puntual, por lo que suele ser de corta duración y es fácilmente manejable. Cuando la situación se vuelve crónica, ahí sí podemos estar ante un severo problema.
Durante mis años de experiencia, me he cruzado con varios líderes que cuentan con excelentes herramientas para comandar un equipo, pero no consiguen el éxito por no saber manejar los momentos más difíciles del trabajo. Además, pueden llegar a generar un estrés innecesario en sus colaboradores, provocando tensiones en el área del trabajo. Por ello, es vital que como líderes procuremos proteger nuestra salud mental y la de nuestro personal.
Como líderes, podemos vernos afectados por los altos niveles de estrés. En tal sentido, puede haber cambios en nuestro estilo de liderazgo, afectando el clima laboral y dificultando la toma de decisiones adecuadas. Por su parte, esto puede repercutir en baja productividad, generar conflictos interpersonales, menor cooperación y falta de concentración.
Ahora que señalamos las consecuencias de tener estrés constante en la oficina, podemos entender por qué una de nuestras prioridades como líderes es fomentar un ambiente sano con nuestros colaboradores. La misma OMS señala que los “entornos de trabajo seguros y sanos no solo son un derecho fundamental”, sino que también permiten minimizar la tensión y los conflictos dentro de las empresas. Incluso, nos permite fidelizar más a nuestro personal, puesto que se sentirán más cómodos y comprometidos con su trabajo.
“La falta de estructuras efectivas y apoyo en el trabajo, especialmente para quienes viven con trastornos mentales, puede afectar la capacidad de las personas para ser eficaces y disfrutar con su trabajo, menoscabar la asistencia de las personas al trabajo e incluso impedir que, para empezar, obtengan un trabajo”, indica la OMS.
Ahora debemos hacer autocrítica e identificar qué hacemos para poner en riesgo la salud mental de nuestros colaboradores. Por ejemplo, son causantes de estrés crónico las cargas o ritmo de trabajo excesivos, falta de personal, horarios excesivamente largos e inflexibles, falta de control sobre la carga de trabajo, condiciones inseguras o deficientes, comportamientos negativos, acoso u hostigamiento, remuneración inadecuada y apoyo limitado. Cómo líder, ¿en cuántos de estas actitudes has caído con tus colaboradores?
En primera instancia, como líderes debemos evaluar nuestras actitudes y la forma en la que nos comportamos en el ambiente laboral. Además, es necesario promover políticas de protección de la salud mental. La OMS recomienda capacitaciones a los administradores, líderes y trabajadores de la empresa y, en los casos más graves, intervenciones especializadas.
Igualmente, hay personas más susceptibles al estrés. Como líderes, podemos aplicar y promover varias estrategias para bajar el ritmo y relajarnos un poco en el área de trabajo. Mayo Clinic indica que la meditación es una buena herramienta para bajar los niveles de estrés y reducir los daños a la salud en ambientes de alta presión. También tener una vida saludable y con ejercicio puede ser muy eficaz. Especialistas indican que la actividad física estimula las endorfinas (hormona de la felicidad), algo que mejora el estado de ánimo, nos ayuda a dormir mejor y disminuye la ansiedad.
A esto podemos sumar tener pequeños descansos durante la jornada laboral. No se trata de tomarse varias horas sin trabajar, sino de contar con unos pocos minutos para reposar. La corteza prefrontal del cerebro está encargada del pensamiento lógico, la concentración y la fuerza de voluntad. Cuando no descansamos, puede ocurrir lo que se conoce como “fatiga para tomar decisiones”, lo que termina afectando nuestra concentración y capacidad para desempeñar hasta las tareas más sencillas.
Steve Jobs, el fundador de Apple, dijo que usaba todos los días el mismo atuendo para disminuir la cantidad de decisiones que debía tomar y no fatigar a su cerebro. Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, y Barack Obama, expresidente de Estados Unidos, han dicho que buscan dejar “espacio mental” para tomar las decisiones más importantes y no generar estrés de forma innecesaria.
Otro truco para disminuir el estrés es usar la música como una aliada. La Asociación Americana de Psicología ha conseguido evidencias de que escuchar nuestra música favorita alivia el estrés, disminuyendo los niveles de cortisol y bajando el ritmo cardíaco. “Hay evidencia científica en desarrollo demostrando que el cerebro responde a la música en formas muy específicas”, indica la especialista Lisa Hartling.
Como expliqué en los párrafos previos, hay muchos trucos y métodos para controlar el estrés que vivimos en nuestro día a día. Siempre debemos recordar y tener claro que en la empresa puede haber problemas que eleven la tensión temporalmente, pero los líderes deben encargarse de controlar estas situaciones y brindar comodidad a sus colaboradores.
Las empresas necesitan de herramientas, métodos y acciones para poder cuidar la salud mental de todo el personal. Además, es necesario formar a los líderes para que no generen un estrés innecesario en sus colaboradores, a la vez que buscan potenciar al máximo las capacidades. Esta es la mejor forma en la que una empresa puede crecer y generar la fidelidad de los trabajadores.
Preguntas para la reflexión:
¿Estamos generando más estrés del necesario a nuestros colaboradores?
¿Qué herramientas usamos para disminuir el estrés que conlleva el liderazgo?
¿Le proporcionamos a los líderes y al personal herramientas para mejorar su salud mental?
¿Cómo podríamos mejorar el ambiente laboral en la empresa?
